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miércoles, 27 de mayo de 2009

EL MAL DE OJO Y LA SUERTISTA DE ONCHIC


Recuerdo que en una ocasión mi madre se levantó temprano una vez más, para prepararnos el desayuno y poder ir al colegio; mientras freía el “tucsillo[1]” me grito desde la cocina:

- ¡“Sursique[2]”, levántese ya!, se “vaste” hacer tarde “so haraganote[3]”.

Al escuchar su voz, me cobije más aún con la frazada tigre que mi padre había comprado en uno de sus tantos viajes a Chiclayo, mi madre al ver que no hacía caso a su llamado, vino “huilla[4]” en mano para despertarme; con una mano levanto la frazada y con la otra alzó la huilla para “nequiarme[5]” en la cabeza, estando a punto de asestar el “huillazo” cuando miró mi rostro y abrió los ojos como “besheco[6] con quicha[7]” al ver la palidez de mi cara.

- Ave maría purísima, virgencita linda, este “ñacashca[8]” está todito “posheco[9]”, esta “pasao” de espanto; hay que llevarlo a la suertista de Onchic –Dijo mi madre, preocupada por el color de mi rostro.

Ese día no fui al colegio, mi madre, en el transcurso del día, salió hacía Onchic en busca de la “suertista”.

Llegada la noche, salimos hacia la casa de la suertista y por indicación de ella, me llevaron envuelto en “chal” negro; mientras caminábamos por las calles de Onchic, la luz amarilla de los focos de aquellos postes colocados de tramo en tramo se filtraban por las hendiduras del chal. Ya en la casa de esta curiosa mujer, ésta me examino rápidamente y dio su diagnostico diciendo: Tenías razón hijita, este “muchillito[10]” “ta curao hasta su perno”, vamos a prepararlo su remedio para cortarlo el “ojiau[11]” que le han hecho.

La suertista entro un momento a su cuarto mientras yo y mi madre esperábamos en su sala, salió con un recipiente de plástico algo viejo que no se distinguía bien por la escasa luz del “candil” que alumbraba la sala esos momentos; fruncí las cejas y entrecerré los ojos como cuando uno intenta captar mejor la imagen, buscaba descubrir que era eso que traía la suertista en las manos y ¡Madre mía! mis sospechas se hicieron ciertas, esta “grajienta[12]” mujer portaba una bacinica a medio llenar con “ishpa añeja[13]” la cual depositó en media sala; volvió a entrar y trajo consigo una tina roja descolorida y la colocó en media sala, volvió a entrar por tercera vez y regresó trayendo en sus manos “flor amarilla”, “amsacha”, verbena, igrilla y no sé que plantas más.

Mientras fumaba un cigarrillo “hechizo” que ella misma había fabricado con la hoja de tabaco de aquella planta que crecía tras su cocina, según decía para espantar a los malos espíritus (pero la verdad es que a esta mujer le gustaba fumar y cualquier pretexto era bueno para hacerlo), fue deshojando el ramillete de plantas que había traído consigo, en la descolorida tina colocada en media sala, luego levantó la bacinica hacia el techo de su casa y mirando hacia lo alto pronunció no se que carajo de palabras que ni ella misma se entendía; lo que provocó que me inquietara y pregunte a mi madre:

- ¿Mamita que esta haciendo esta bruja?
- “Caracho[14]” muchacho de miércoles, “calleste” que esta bendiciendo el remedio –Me contestó mi madre, susurrándome al oído para evitar que la escuchara la suertista
- Shiiiiiiiiit, estoy llamando a mis santos apóstoles, no hagan bulla que los van a espantar –Dijo la suertista.

De ser cierto que iban a venir sus santos apóstoles, de seguro que esa noche no hubiesen llegado y es que esa “ishpa” vieja olía a mil demonios que provocaba salir corriendo y gritando de ese lugar.

Bajó lentamente la bacinica y cerrando los ojos comenzó a echar dentro de la tina aquel líquido lechoso que asemejaba al “guarapo viejo[15]”, mientras yo sólo atinaba a taparme la nariz lo mas que pude; sacó un brebaje preparado el cual cuidaba celosamente bajo su catre y vació un poco en la tina, voltio la mirada hacia mi madre y dijo: esta mixturita es el secreto de la sanación.

No se que miércoles habría sido esa mixturita que al simple contacto con lo que había en la tina comenzó a salir burbujas como si estuviera hirviendo y provocó que el olor se intensificara, yo desesperado por que sabía que todo esto era el presagio de un no deseado “baño para el espanto”, busque desesperadamente soltarme de las manos de mi madre y salir corriendo, pero todo intento fue vano.

La suertista miro a mi madre y le pidió que me “rucullara[16]” y me metiera en la tina llena de ese nauseabundo líquido, al ver que me resistía a entrar, mi madre pidió ayuda a esta mujer, saque fuerzas de flaqueza y comencé a luchar contra estas dos “guapas[17]” huayachas que parecían dos toros por la fuerza que mostraban, seguramente será por el “puchlocro[18]”, el “shirumbito[19]” o quizás la “cuchicarita[20]” de chancho; mis fuerzas no dieron para más y estas dos “ñacashcas” lograron doblegarme, agache la cabeza y me deje introducir en la tina donde la suertista se aprestó a “shutearme[21]”, en esos momentos recordé cuando desde mi balcón veía a esos toros barrosos pasar mansamente jalados por sus matarifes camino al camal, así me sentía yo en esos momentos y me compadecí de aquellos “pobshitos[22]” animalitos de Dios.

Parado “rrucullita[23]” sobre la tina, con la cabeza gacha y las manos entrecruzadas sobre aquella pequeña protuberancia de mi cuerpo (pene para los “opashcones[24]” que no entienden), esperaba como aquellos toros barrosos que me dieran la estocada final, me consolaba pensando que sólo sería un par de minutos lo que tendría que soportar a ese fétido liquido; estaba en ese trance como poseído por sus apóstoles de la suertista, que sólo levanté la mirada cuando ésta “bancusique[25]” mujer cogió una tasa vieja y sacando un poco de ese caldo preparado en la tina, miró a mi madre y le dijo:

- Tiene que tormarlo toditito, hasta la última gota, sino no hace efecto el remedio.
- Ay diosito, amito lindo, noooooooooooooooo –Grite desesperado haciendo el último esfuerzo por soltarme de las manos de mi madre que cual tenazas apretaban mis muñecas.
- Tómeselo “condenao muchacho” sino no te vas a curar del “cuyao[26]” –Decía mi madre mordiéndose los labios por el esfuerzo que hacía al apretar mis mejillas para abrir la boca.

No me quedó más remedio que someterme, y es que usted no ha visto ese “punche[27]” que se maneja mi madre, producto de las “rajas” de leña que cargaba continuamente desde la chacra. Luego de beber ese liquido hediondo, sentí que el estomago se me revolvía y la cabeza me daba vueltas, provocando que vomitara, hecho que fue celebrado por la suertista y mi madre ya que según ellas acababa de salir el mal que me habían dado en “bocado[28]”.

No aguanté más la “ira” que sentía en esos momentos por el tremendo atropello a mi dignidad de “macho[29]” mendocino, así como por el engaño del que estaba siendo objeto mi madre, y mientras abrazaba mi “panza” levanté la mirada y frunciendo mi frente deje salir el “colerón[30]” que me embargaba, mire fijamente a la suertista y mordiéndome los labios le grite:

- Vieja cochina “bancusique” “concha tu sipo[31]”, me has “bañao” con tu “ishpa” y me has “dao” de tragar tu cochinada, ya te jodiste lo voy a decir a mi papá que venga y te de un “lluquetazo[32]” en tu “sipo” para que te deje “huishto[33], huishto” so “Shicracha[34]”.
- Cállese, cállese “teteco[35]”, “daniao[36]”, quédese “quetsito[37]” para secarle rapidito tu “mollera” antes que te resfríes –Decía mi madre.

La suertista dejó escuchar una carcajada ya que mis palabras lejos de preocuparle le habían provocado risa, además ya estaba acostumbrada a escucharlas ya que con esta era las “cuchucientas[38]” veces que pase por su altar de curación; recibió el dinero con el que mi madre pago la “cura”, sacó un pañuelo percudido de entre sus “chuchos[39]”, el cual estaba hábilmente amarrado con las cuatro esquinas fungiendo ser un monedero, desató los nudos y depositando el dinero en el pañuelo lo volvió a amarrar y a guardar en aquella “caja fuerte”, se voltio dando la espalda y dejó ver su regordete trasero cubierto con una “pollera[40]” negra, besó a una imagen de San Antonio que se velaba en una repisa polvorienta y vieja por el paso del tiempo ubicada en una esquina de su sala, y volviéndose hacia mi madre le recomendó que no dejara que me bañara tres días, sino esto causaría que el efecto se cortara y de nada serviría la curación.

Salimos de la casa de esta curiosa mujer y mientras caminábamos hacía nuestra casa, los perros de los paisanos “onchinos[41]” salían ladrándonos y se acercaban intentando mordernos; pero al olfatear el insoportable olor impregnado en mi cuerpo, salían aullando como si hubieran visto al mismísimo “shapingo[42]”.

Al día siguiente tenía que ir al colegio obligatoriamente por que estábamos en exámenes bimestrales, y eso era lo que más me preocupaba ya que no podía tirarme la “vaca[43]”; tenía una variedad de colonias y perfúmense gracias a que mis tíos y hermanos residentes en Lima me mandaban a menudo, según ellos para oler mas bacán y tener éxito con mis “cholas[44]”, ese día elegí una de un frasco azul que en otras ocasiones había “arrochado[45]” por que su aroma era muy intenso, buscaba que el aroma penetrante del perfume mitigue un poco el olor que me había dejado la curación; a escondidas de mi madre me vacié el frasco sobre mi cuerpo y grande fue mi desilusión por que al entremezclarse los aromas provocaron que oliera como cuando te orina la “cecopa[46]” o cuando pisas “isma[47]” de chancho polanchino.

Me retracé a propósito en ir al colegio, pretendiendo llegar cuando ya todos habían ingresado al aula y evitar así la formación que diariamente se llevaba a cabo en el patio principal, llegué hasta la puerta del aula y mire a todos mis compañeros quienes estaban concentrados en el examen de Matemática que ya había empezado, me detuve un momento y pensé en si ingresar o no, estuve a punto de retirarme cuando escuche la voz autoritaria del profesor mandando que ingrese, mire a todos lados y al fondo vi una carpeta vacía, agradecí a “taitito amito[48]” por que pensé que el se había apiadado de este “sursique[49]” y había puesto una carpeta lejos de mis compañeros, apenas había ingresado cuando todos mis compañeros rompieron su concentración y tapándose la nariz voltearon su mirada acusadora hacía mí que en esos momentos rogaba al cielo que me tragara la tierra.

- Este cochino se ha “soltao” un “pedo[50]” al entrar –Decía uno de mis compañeros
- “Asu macho[51]” como huele este “concha su vida” –Decía otro
- “Concha su vida” que “fuerrte[52]” hiede este “rosha[53]”, parece que ha comido perro muerto –Seguían los insultos
- Profe “voteleste” del salón a este cochino, asqueroso, hediondo –pedían algunos

Yo acurrucado en mi carpeta en el fondo del salón, defendía mi posición como un buen soldado en el campo de batalla, como cuando el “canchul[54]” se siente acorralado y queriendo morder lanza chillidos pretendiendo ahuyentar a sus perseguidores, los mire fijamente a todos y les dije:

- Cállense “caracho”, “jijuna una gran flauta”, acaso yo estoy hediendo así, rosquetes de “mierrda” por que no le dicen nada al calín “pezuñento[55]” que está apestando, además yo no soy el que hiede, es su perro de don Babil que se ha muerto “aquishito[56]” no mas y que las “shucas[57]” lo están tragando.

Bueno ese día me premiaron por mis palabras subidas de tono, me gane un pasaje directo a la oficina del Director y con “orejiada[58]” incluida.

De seguro que más de un paisano lector de esta peculiar historia ha pasado por la casa de la suertista de Onchic, y seguramente que también fue “shuteado” con rosa amarilla, amsacha e ishpa vieja, si fue usted uno de esos incautos huayachos quizá esta esbozando una sonrisa en estos momentos, y si no fuera así, hay que brindar por nuestras curiosas mujeres huayachas capaces de curar del “pulsario”, “ojiau”, espanto y hasta de cuando te “cuya” el difunto.


[1] Tucsiche.- Especie de panecillo hecho a base de yuca
[2] Sursique.- Poto flaco
[3] Haraganote.- Haragán
[4] Huilla.- Cucharon de palo
[5] Nequiar.- Golpear con los puños
[6] Besheco.- Becerro
[7] Quicha.- Diarrea
[8] Ñacashca.- Desgraciado, Condenado
[9] Posheco.- Pálido
[10] Cuchillito.- Niñito
[11] Ojiau.- Ojeado, mal de ojo
[12] Grajienta.- Pícara, vivaracha
[13] Ishpa añeja.-
[14] Caracho.- Carajo
[15] Guarapo viejo.- Jugo de caña fermentado
[16] Rucullara.- Calateara
[17] Guapas.- Fuertes
[18] Puchlocro.- Locro puchco (fermentado)
[19] Shirumbito.- Sopa hecha a base de yuca
[20] Cuchicarita.- Pellejo de chancho
[21] Shutear.- Mojar
[22] Pobshito.- Pobrecito
[23] Rucullita.- Calatito
[24] Opashcones.- Opas, gafos, sonsos
[25] Bancusique.- Poto grande
[26] Cuyau.- Mal de ojo
[27] Punche.- Biceps
[28] Bocado.- Creencia de los Huayachos de que te hacen maldades por medio de bocados de comida
[29] Macho.- Utilizado por los mendocinos para hacer referencia a hombría
[30] Colerón.- Cólera intensa
[31] Sipo.- Poto
[32] Lluquetazo.- Golpe de puñete o patada
[33] Huishto.- Torcido
[34] Shicracha.- Vieja
[35] Teteco.- Menudo, muermo
[36] Dañao.- Dañado
[37] Quetsito.- Quieto
[38] Cuchucientas.- Ochocientas
[39] Chuchos.- Tetas
[40] Pollera.- Falda larga
[41] Onchinos.- Paisanos de Onchic
[42] Shapingo.- Diablo, Demonio
[43] Vaca.- Faltar al colegio
[44] Cholas.- Enamoradas
[45] Arrochao.- Descartado, no mostrar interés
[46] Cecopa.- Bicho volador que tiene como medio de defensa para huir de sus depredadores, dejar escapar un olor desagradable
[47] Isma.- Estiercol
[48] Taitito amito.- Dios
[49] Sursique.- Poto flaco
[50] Pedo.- Gas, flatulencia
[51] Asu macho.- Exclamación de sorpresa
[52] Fuerrte.- Fuerte
[53] Rosha.- Maricón, rosquete, afeminado,
[54] Canchul.- Muca, marsupial
[55] Pezuñento.- Al quien lo apesta los pies
[56] Aquishito.- Aquí cerca
[57] Shucas.- Gallinazos
[58] Orejiau.- Jalón de orejas

martes, 26 de mayo de 2009

QUE TAL CONCIENCIA: HASTA CUANDO HAY QUE "OREJIARLE" AL ALCALDE PARA QUE CUMPLA


Muy bonita la fotografía del señor Alcalde publicada en el portal web de la Municipalidad Provincial de Rodríguez de Mendoza (http://www.munirodmendoza.gob.pe/), pero sería mas bonito e interesante que se preocupe en leer y cumplir con los mandatos legales de la Ley N° 27806 “Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública” y su modificatoria la Ley N° 27927, a la cual hizo referencia en un artículo anterior nuestro buen amigo Geisel Grandez y que está colgado en este blog titulado como “Carta al Alcalde de Mendoza Solicitándole Publique Información Presupuestal”; pues déjenme decirles estimados paisanos que esta ley manda que los Gobiernos Locales, en este caso la Municipalidad de Mendoza, publiquen en su portal web, esencialmente, información relacionada al TUPA, presupuesto, proyectos de inversión, partidas salariales y los beneficios de los altos funcionarios y personal en general, la adquisición de bienes y servicios que se realicen, entre otras informaciones más; después de haber publicado este tipo de información el Alcalde puede poner lo que quiera (es un decir, no vaya a ser que este palangana le tome en serio).

Las informaciones más interesante que se puede encontrar actualmente en el portal web en mención, son las fotografías que publican en el espacio “eventos” ya que se muestran los paisajes mendocinos entre otras vistas que motivan a la nostalgia a los huayachos que estamos fuera de nuestra querida tierra, provocando que las añoranzas afloren y broten los recuerdos de nuestras vivencias.

Señor Alcalde, de que manera podría yo, un humilde mendocino “simplón” y “shimshanga”, hacerle entender a usted y a ese su personal que administra la pagina web, que las leyes se han hecho para cumplirlas y que es necesario que publique la información pertinente para demostrar transparencia en su gestión edil; además debería considerar usted que todavía quedan en nuestro valle paisanos de armas tomar y de aquellos que tienen bien puesto eso que ponen las gallinas, y que podrían recurrir a los organismos judiciales tutelares para interponerle una Acción de Cumplimiento, y nada les impediría que lo hagan ya que los asiste ese derecho; ahí si que tuviera usted que responder por su desacato a la autoridad y a la ley; como ve señor Alcalde yo no pretendo cuestionarle o inculcar ideas sanas a mis osados paisanos, solamente busco prevenirle y protegerle, nada más “eshito” quiero; ha “malaya” aquellos tiempos en que nuestro Frente de Defensa y nuestro aguerrido pueblo hacia temblar a nuestras autoridades.

Aprovecho la oportunidad para hacerle saber que en Mendoza se encuentra nuestro paisano Willy Vargas, un profesional que podría enseñarle a desarrollar proyectos sociales, es más, él solo y su equipo ya vienen ejecutando obras sociales dirigidas a la gente más pobre de nuestro valle, y he sabido que gente adinerada de Mendoza se han querido apuntar para ser beneficiados con este programa, malintencionados que fueron rechazados rotundamente por nuestro amigo Willy quien conoce muy bien el significado de necesidad y bienestar social; supongo que como usted y su comuna son personas inteligentes vienen impulsando y apoyando esta loable acción social emprendida por Willy.